Quién necesita un empujoncito para preparar ésta tarta?? En casa nadie, más bien lo que necesitamos es uno pero para que nos saquen de la cocina y no preparar este bizcocho cada día. Sin duda, es uno de nuestros favoritos. Queda jugoso, dulce sin resultar empalagoso, especiadito, sabroso y delicado. Si queréis una versión más ligera podéis prepararlo sin la cobertura, aunque yo os recomiendo que mejor os comáis un trozo más pequeño l@s que no podáis abusar pero que lo disfrutéis tal cual. Entonces qué? Vamos con la receta??
Lo primero que haremos será sacar la margarina, los huevos y el queso crema de la nevera para que se vayan poniendo a temperatura ambiente.
A continuación tamizamos la harina con la levadura y la ponemos en el bol donde vayamos a preparar la mezcla del bizcocho. Le añadimos las especias y las nueces picadas y reservamos.
Ahora trituramos el azúcar moreno en el molinillo, batimos los huevos y mezclamos ambos ingredientes.
A continuación lavamos, secamos y rallamos la naranja y reservamos la ralladura.
Precalentamos el horno a 170º por arriba y por abajo.
Mientras se calienta el horno, lavamos y pelamos las zanahorias y las rallamos. Una vez listas, las ponemos en un bol y añadimos los huevos con azúcar, el aceite, la ralladura de naranja y 4 cucharadas soperas de su zumo.
Ahora mezclamos bien todos estos ingredientes a mano y con cuidado.
Vertemos ahora la harina previamente tamizada a este bol y volvemos a remover hasta que queden todos los ingredientes bien integrados.
Engrasamos un molde de aproximadamente unos 20-22 cm y hornear 40 minutos por arriba y por abajo.
Mientras se hornea el bizcocho vamos a ir preparando el frosting. Es tan sencillo como poner todos los ingredientes que lo componen en un vaso amplio y batirlos hasta que quede una crema homogénea. Una vez lista la reservamos en la nevera.
Cuando esté horneado el bizcocho, lo tendremos que dejar enfriar muy bien, ya que lo tenemos que cortar por la mitad para rellenarlo y tiene que estar completamente frío para evitar que se nos rompa en el intento.
Una vez lo hayamos podido cortar y rellenar, lo cubrimos con lo que nos queda de cobertura en su totalidad y a la nevera.
A mí me gusta prepararlo el día anterior para que la cobertura haya quedado un poco más fijada, pero si lo hacéis el mismo día tened en cuenta que cuantas más horas pase en la nevera mejor.
Y para degustarlo, sacarlo una media hora antes de la nevera que se apreciará más el sabor y estará más mullidito.
Recordad, dejad algo para mañana, no os lo comáis todooooooo-))
Ingredientes
Pasos
Lo primero que haremos será sacar la margarina, los huevos y el queso crema de la nevera para que se vayan poniendo a temperatura ambiente.
A continuación tamizamos la harina con la levadura y la ponemos en el bol donde vayamos a preparar la mezcla del bizcocho. Le añadimos las especias y las nueces picadas y reservamos.
Ahora trituramos el azúcar moreno en el molinillo, batimos los huevos y mezclamos ambos ingredientes.
A continuación lavamos, secamos y rallamos la naranja y reservamos la ralladura.
Precalentamos el horno a 170º por arriba y por abajo.
Mientras se calienta el horno, lavamos y pelamos las zanahorias y las rallamos. Una vez listas, las ponemos en un bol y añadimos los huevos con azúcar, el aceite, la ralladura de naranja y 4 cucharadas soperas de su zumo.
Ahora mezclamos bien todos estos ingredientes a mano y con cuidado.
Vertemos ahora la harina previamente tamizada a este bol y volvemos a remover hasta que queden todos los ingredientes bien integrados.
Engrasamos un molde de aproximadamente unos 20-22 cm y hornear 40 minutos por arriba y por abajo.
Mientras se hornea el bizcocho vamos a ir preparando el frosting. Es tan sencillo como poner todos los ingredientes que lo componen en un vaso amplio y batirlos hasta que quede una crema homogénea. Una vez lista la reservamos en la nevera.
Cuando esté horneado el bizcocho, lo tendremos que dejar enfriar muy bien, ya que lo tenemos que cortar por la mitad para rellenarlo y tiene que estar completamente frío para evitar que se nos rompa en el intento.
Una vez lo hayamos podido cortar y rellenar, lo cubrimos con lo que nos queda de cobertura en su totalidad y a la nevera.
A mí me gusta prepararlo el día anterior para que la cobertura haya quedado un poco más fijada, pero si lo hacéis el mismo día tened en cuenta que cuantas más horas pase en la nevera mejor.
Y para degustarlo, sacarlo una media hora antes de la nevera que se apreciará más el sabor y estará más mullidito.
Recordad, dejad algo para mañana, no os lo comáis todooooooo-))