Esta tarta necesita de pocas presentaciones. Es una de tantas versiones deliciosas que existen de ella. Los amantes de este postre saben a lo que me refiero. Bien sola, con arándanos, a la naranja...se nos hace la boca agua, verdad? La de hoy queda muy cremosa y con ese fino toque de almendra que la hace tan diferente. Es muy sencilla de hacer y con etiqueta de garantía de éxito del 100%. Si una vez fresquita la servís con un poco de chocolate ya os podéis olvidar del mundo! Vamos con ella!
Empezaremos por hacer la base de galletas, que es tan sencillo como triturarlas junto con la margarina.
Una vez bien mezcladitas, engrasamos el molde donde vayamos a hornear nuestra tarta y las disponemos en la base hasta que quede bien cubierta e igual repartida por toda la base.
La metemos en la nevera mientras preparamos el resto.
Ahora precalentamos el horno a 160º por arriba y por abajo.
A continuación, ponemos en un bol los ingredientes para hacer la ricotta y los trituramos bien hasta que nos quede una masa homogénea. Si está demasiado espeso podemos añadirle la cantidad necesaria de agua o bebida de soja para poderlo triturar mejor.
A continuación, preparamos la mezcla de no huevo. Una vez lista, ponemos en un bol la ricotta, el no huevo, la almendra, el azúcar, la ralladura de limón y batimos todo muy bien con la batidora eléctrica. Vertemos el contenido sobre la base de galletas que habíamos reservado en la nevera.
Ahora horneamos durante 30 minutos a 160º por arriba y por abajo, y unos 5 minutos más a 180º para que se dore un poquito.
Aunque estas estimaciones son aproximadas, ya que dependerá mucho del horno. Es mejor que comprobéis con un palito de madera si está lista. Ya sabéis, si sale limpio está cocida.
Recordad dejarla que se atempere un poco antes de desmoldarla para evitar que se rompa.
Una vez tibia, la metemos en la nevera para que esté bien fresquita y ya sabéis, chocolate en mano y a disfrutar a tope!
Buen provecho!
Ingredientes
Pasos
Empezaremos por hacer la base de galletas, que es tan sencillo como triturarlas junto con la margarina.
Una vez bien mezcladitas, engrasamos el molde donde vayamos a hornear nuestra tarta y las disponemos en la base hasta que quede bien cubierta e igual repartida por toda la base.
La metemos en la nevera mientras preparamos el resto.
Ahora precalentamos el horno a 160º por arriba y por abajo.
A continuación, ponemos en un bol los ingredientes para hacer la ricotta y los trituramos bien hasta que nos quede una masa homogénea. Si está demasiado espeso podemos añadirle la cantidad necesaria de agua o bebida de soja para poderlo triturar mejor.
A continuación, preparamos la mezcla de no huevo. Una vez lista, ponemos en un bol la ricotta, el no huevo, la almendra, el azúcar, la ralladura de limón y batimos todo muy bien con la batidora eléctrica. Vertemos el contenido sobre la base de galletas que habíamos reservado en la nevera.
Ahora horneamos durante 30 minutos a 160º por arriba y por abajo, y unos 5 minutos más a 180º para que se dore un poquito.
Aunque estas estimaciones son aproximadas, ya que dependerá mucho del horno. Es mejor que comprobéis con un palito de madera si está lista. Ya sabéis, si sale limpio está cocida.
Recordad dejarla que se atempere un poco antes de desmoldarla para evitar que se rompa.
Una vez tibia, la metemos en la nevera para que esté bien fresquita y ya sabéis, chocolate en mano y a disfrutar a tope!
Buen provecho!