En esta ocasión os proponemos una tarta clásica de sabores que nos transportan a nuestra infancia. A esos pasteles sin grasas saturadas de crema pastelera casera que nos alegraban más de una tarde…
Os enseñamos una receta sencilla y rápida, perfecta para cualquier ocasión, que podréis ir modificando con fruta de temporada.
Vamos con los sencillos pasos!
Empezaremos horneando el hojaldre.
Precalentamos el horno a 220º con calor por arriba y por abajo. A continuación, ponemos en un molde papel vegetal y sobre él, el hojaldre. Le vamos dando forma redondeada sobre los bordes del molde, lo pinchamos un poquito con un tenedor y lo cubrimos con otro papel vegetal que cubriremos de garbanzos para que impidan que el hojaldre suba.
Estos garbanzos los podemos guardar y usar para el mismo fin durante un montón de veces.
Ahora lo horneamos durante unos 15 minutos.
A continuación vamos a preparar la crema pastelera.
Para ello separamos 150 ml de bebida vegetal y calentamos el resto junto con vainilla y la piel de un limón.
Calentamos sin que llegue a hervir, y justo antes de que esto ocurra, apagamos el fuego y dejamos que emulsione con la tapa puesta durante media hora.
Ahora, batimos el sustituto de las yemas junto con el azúcar y disolvemos el almidón de maíz con la bebida vegetal fría que habíamos separado.
A continuación, añadimos el sustituto de las yemas batidas con el azúcar a la emulsión que teníamos reposando (recordad sacar la piel de limón) y removemos sin parar con el fuego medio-bajo.
Ahora podemos añadir también la mezcla de almidón de maíz y remover y remover hasta que espese. Dejamos atemperar.
Una vez lista la crema, la verteremos sobre el hojaldre ya previamente horneado y la cubriremos con las fresas a láminas.
Por último, ponemos en un cazo tres partes de mermelada por una parte de agua y calentamos hasta conseguir el almíbar. Cubrimos las fresitas con él, con la ayuda de un pincel.
Una vez listos todos estos pasos, ya podemos empezar a frotarnos las manos!
Buen provecho!!!
Ingredientes
Pasos
Empezaremos horneando el hojaldre.
Precalentamos el horno a 220º con calor por arriba y por abajo. A continuación, ponemos en un molde papel vegetal y sobre él, el hojaldre. Le vamos dando forma redondeada sobre los bordes del molde, lo pinchamos un poquito con un tenedor y lo cubrimos con otro papel vegetal que cubriremos de garbanzos para que impidan que el hojaldre suba.
Estos garbanzos los podemos guardar y usar para el mismo fin durante un montón de veces.
Ahora lo horneamos durante unos 15 minutos.
A continuación vamos a preparar la crema pastelera.
Para ello separamos 150 ml de bebida vegetal y calentamos el resto junto con vainilla y la piel de un limón.
Calentamos sin que llegue a hervir, y justo antes de que esto ocurra, apagamos el fuego y dejamos que emulsione con la tapa puesta durante media hora.
Ahora, batimos el sustituto de las yemas junto con el azúcar y disolvemos el almidón de maíz con la bebida vegetal fría que habíamos separado.
A continuación, añadimos el sustituto de las yemas batidas con el azúcar a la emulsión que teníamos reposando (recordad sacar la piel de limón) y removemos sin parar con el fuego medio-bajo.
Ahora podemos añadir también la mezcla de almidón de maíz y remover y remover hasta que espese. Dejamos atemperar.
Una vez lista la crema, la verteremos sobre el hojaldre ya previamente horneado y la cubriremos con las fresas a láminas.
Por último, ponemos en un cazo tres partes de mermelada por una parte de agua y calentamos hasta conseguir el almíbar. Cubrimos las fresitas con él, con la ayuda de un pincel.
Una vez listos todos estos pasos, ya podemos empezar a frotarnos las manos!
Buen provecho!!!
Falta el caBÉ
😉