Si queréis dejar a todo el mundo bajo los efectos de un hechizo y que en casa se rindan a vuestros pies os recomiendo que hagáis esta tarta. De lo que tenéis que ser conscientes es que la vais a tener que hacer muchas veces porque no pararán de pedírosla, pero estamos de suerte!!! Es de muy fácil elaboración y no nos llevará más de media hora-) Lo comprobáis conmigo?? Vamos chefs!!
Empezamos precalentando el horno a 180º.
Cogemos el molde donde haremos la tarta, lo engrasamos con margarina, y colocamos la masa quebrada sobre la base. Los bordes los pegamos hacia arriba en las paredes del molde.
Metemos la masa en el horno durante 10 minutos con calor arriba y abajo.
Las cebollas que utilizaremos serán cebollas dulces. No os puedo dejar de recomendar que si podéis compréis cebollas D.O. Fuentes de Ebro, las encontraréis en grandes superficies, fijaos en la procedencia. Son suaves, dulces y muy tiernas y caramelizan perfectamente gracias a ese dulzor natural que tienen.
La cebolla es la actriz principal de esta obra, así que no le quitemos protagonismo-)
Ahora pelamos y cortamos a la protagonista en juliana, y la pochamos hasta que esté lista en un wok o sartén. En casa le damos mucho uso al wok porque te permite cocinar sin apenas aceite, pero se puede hacer perfectamente en una sartén.
Mientras colocamos en un bol los huevos y los batimos. Salpimentamos. Ahora añadimos el queso tipo ricotta vegano y la nata de soja y mezclamos todo muy bien.
Controlamos si tenemos que sacar la masa para la tarta del horno!
Cuando la cebolla esté lista, la añadimos al bol, y volvemos a mezclar bien todos los ingredientes.
Subimos la temperatura del horno a 220º.
Ahora ya podemos verter el contenido del bol sobre la masa y meterla en el horno.
La horneamos durante 30 minutos aproximadamente o hasta que veamos que la cebollita se empieza a dorar. Ya sabéis que para estar segur@s podemos pincharla con un palito de madera y si sale limpio es que está cocida.
Ya tenemos lista nuestra tarta fina, jugosa y deliciosa que os anticipo que no os va a sobrar ni un pedacito para presumir ante los vecinos-)
Buen provecho!!!
Ingredientes
Pasos
Empezamos precalentando el horno a 180º.
Cogemos el molde donde haremos la tarta, lo engrasamos con margarina, y colocamos la masa quebrada sobre la base. Los bordes los pegamos hacia arriba en las paredes del molde.
Metemos la masa en el horno durante 10 minutos con calor arriba y abajo.
Las cebollas que utilizaremos serán cebollas dulces. No os puedo dejar de recomendar que si podéis compréis cebollas D.O. Fuentes de Ebro, las encontraréis en grandes superficies, fijaos en la procedencia. Son suaves, dulces y muy tiernas y caramelizan perfectamente gracias a ese dulzor natural que tienen.
La cebolla es la actriz principal de esta obra, así que no le quitemos protagonismo-)
Ahora pelamos y cortamos a la protagonista en juliana, y la pochamos hasta que esté lista en un wok o sartén. En casa le damos mucho uso al wok porque te permite cocinar sin apenas aceite, pero se puede hacer perfectamente en una sartén.
Mientras colocamos en un bol los huevos y los batimos. Salpimentamos. Ahora añadimos el queso tipo ricotta vegano y la nata de soja y mezclamos todo muy bien.
Controlamos si tenemos que sacar la masa para la tarta del horno!
Cuando la cebolla esté lista, la añadimos al bol, y volvemos a mezclar bien todos los ingredientes.
Subimos la temperatura del horno a 220º.
Ahora ya podemos verter el contenido del bol sobre la masa y meterla en el horno.
La horneamos durante 30 minutos aproximadamente o hasta que veamos que la cebollita se empieza a dorar. Ya sabéis que para estar segur@s podemos pincharla con un palito de madera y si sale limpio es que está cocida.
Ya tenemos lista nuestra tarta fina, jugosa y deliciosa que os anticipo que no os va a sobrar ni un pedacito para presumir ante los vecinos-)
Buen provecho!!!