Quién no disfruta comiéndose una pizza?
Además de sacarnos de un apuro, están deliciosas prácticamente con cualquier ingrediente y es fácil que dispongamos de todo lo necesario para hacerla y no tengamos ni que salir de casa. La de hoy debe su nombre a los colores de la bandera de Italia, queso, tomate y espinacas, aunque dista mucho de una pizza de las que nos comemos cuando vamos a visitar al país vecino. Entiendo que para una persona de allí reconocer que esto es una pizza sería como amordazarme a mí hasta que reconociera que es una paella un arroz hecho en cazuela y que lleve guisantes, pero para lo que estamos acostumbrados a denominar pizza aquí, es perfecta, me atrevo con la osadía de presentárosla como tal, sobretodo porque la auténtica la tenéis bajo el título " Pizza vegana napolitana" en la sección Platos principales- Pizzas y cocas. En su defensa diré que poco más necesita para resultar deliciosa, “la simplicidad es la máxima sofisticación”, dijo Da Vinci y cuánta razón tenía, en éste y mil ámbitos más... La vamos a elaborar con harina de espelta, pero si tenéis cualquier otra por casa, las medidas no varían, así como con el agua con gas, podéis utilizarla sin gas si no tuvierais aunque queda infinitamente más esponjosa añadiéndole burbujitas. Bueno os explico cómo la hacemos en casa.
Ponéis la harina en un bol y le añadís la sal. Yo echo cuatro pizquitas, pero id probando porque la percepción de cada uno puede ser muy particular. Yo así la encuentro en su punto.
A continuación desmenuzáis la levadura en el agua un poco tibia y la añadís a la harina. Por último agregamos el aceite, removemos todo con la ayuda de una cuchara, la que hemos usado para medir el aceite por ejemplo y así no ensuciamos más utensilios de los necesarios, y una vez estén mezclados todos los ingredientes, empezamos a amasar con la mano durante unos 3- 4 minutos hasta conseguir una masa homogénea, elástica, de textura no pegajosa.
La dejamos reposar en el mismo bol mínimo una hora, cubierta con un paño un poco húmedo.
Mientras podemos saltear las espinacas en una sartén con un poco de aceite durante un par de minutos y reservarlas.
Transcurrido este tiempo, formamos la base en una superficie un poco enharinada. Con la ayuda de un tenedor pinchamos un poco la masa desde el centro hasta los extremos sin llegar a los bordes, para evitar que suba más por en medio que por los extremos y empezamos a aderezar nuestra pizza.
Ponemos el tomate, a continuación el queso, y un poquito de orégano. Os recomiendo, si tenéis espacio en casa que tengáis siempre aromáticas frescas, la diferencia entre éstas y las de bote es enorme. Sólo tened en cuenta que si fuerais a usar orégano tendríais que dejarlo secar unos tres días antes, sólo el ramillete que fuerais a emplear.
Bueno y ahora empezamos a poner las verduritas en la disposición que más os guste.
Ya la tenemos lista para hornear. Unos 10-12 minutos a 250 grados. Hay hornos que disponen de función “pizza” y la metes este tiempo a esta temperatura y te despreocupas, pero si el horno no tuviera esta función id jugando con el calor. Si veis que a mitad de cocción empieza a tostarse demasiado la verdura, quitáis el calor desde arriba. Id controlando estos detalles para que os quede jugosa y bonita.
Y nada más, sólo queda disfrutarla. Y soplad a ver si os vais a quemar!!
Ingredientes
Pasos
Ponéis la harina en un bol y le añadís la sal. Yo echo cuatro pizquitas, pero id probando porque la percepción de cada uno puede ser muy particular. Yo así la encuentro en su punto.
A continuación desmenuzáis la levadura en el agua un poco tibia y la añadís a la harina. Por último agregamos el aceite, removemos todo con la ayuda de una cuchara, la que hemos usado para medir el aceite por ejemplo y así no ensuciamos más utensilios de los necesarios, y una vez estén mezclados todos los ingredientes, empezamos a amasar con la mano durante unos 3- 4 minutos hasta conseguir una masa homogénea, elástica, de textura no pegajosa.
La dejamos reposar en el mismo bol mínimo una hora, cubierta con un paño un poco húmedo.
Mientras podemos saltear las espinacas en una sartén con un poco de aceite durante un par de minutos y reservarlas.
Transcurrido este tiempo, formamos la base en una superficie un poco enharinada. Con la ayuda de un tenedor pinchamos un poco la masa desde el centro hasta los extremos sin llegar a los bordes, para evitar que suba más por en medio que por los extremos y empezamos a aderezar nuestra pizza.
Ponemos el tomate, a continuación el queso, y un poquito de orégano. Os recomiendo, si tenéis espacio en casa que tengáis siempre aromáticas frescas, la diferencia entre éstas y las de bote es enorme. Sólo tened en cuenta que si fuerais a usar orégano tendríais que dejarlo secar unos tres días antes, sólo el ramillete que fuerais a emplear.
Bueno y ahora empezamos a poner las verduritas en la disposición que más os guste.
Ya la tenemos lista para hornear. Unos 10-12 minutos a 250 grados. Hay hornos que disponen de función “pizza” y la metes este tiempo a esta temperatura y te despreocupas, pero si el horno no tuviera esta función id jugando con el calor. Si veis que a mitad de cocción empieza a tostarse demasiado la verdura, quitáis el calor desde arriba. Id controlando estos detalles para que os quede jugosa y bonita.
Y nada más, sólo queda disfrutarla. Y soplad a ver si os vais a quemar!!
Mmmmmm! Gracias! Me apunto todo y salgo a por lo que me falta porque se me a clavado en la mente y tengo que hacerla si o si XD
Muchas gracias Su sana por cuidarnos tanto
Jajaja! Muchas gracias Zero, me alegra muchísimo lo que dices!
Gracias por comentar-)
Un abrazo
Su-sana