Nuestra estrella principal de hoy es el pimiento del piquillo. Como sabréis esta sabrosa variedad de pimiento tiene la piel muy dura, con lo cual tendremos que asarlos primero para poder retirarla. La podremos hacer bien asándolos con un soplete o bien a leña, que es la opción más deliciosa. No optéis por asarlos al horno porque se rompen y para esta receta necesitamos que queden enteritos. Si no tenéis tiempo o no disponéis de soplete o barbacoa, podéis comprarlos envasados, pero aseguraos que sean de buena calidad, es fundamental. Es una receta de fin de semana ya que es afortunadamente entretenida, pero la vamos a disfrutar a tope porque el resultado es delicado y muy sabroso. Descubrimos el placer de la buena mesa chefs?? Vamos que hacerlo bien es pan comido-))
Lo primero que haremos es asar los pimientos. Para ir más rápidos y asegurarnos que quedan bien enteritos los asaremos con el soplete. Es tan sencillo como darles con la llama hasta que queden completamente negros. Comprobaréis que están cuando la piel se desprenda prácticamente sola, si no sale bien hay que continuar con el procedimiento.
Depende del soplete pero para que os hagáis una idea os costará unos 3-4 minutos por pimiento.
Una vez listos y pelados los reservamos. Si los hemos comprado enlatados pues este proceso nos lo ahorramos, pero os adelanto que vale mucho la pena asarlos en casa.
Ahora calentamos aceite en una sartén y vamos pochando la cebolla. Mientras se hace, cortamos la mezcla de setas muy pequeñitas y cuando las tengamos se las añadimos a la cebolla y cocinamos junto unos minutos más. Salpimentamos y reservamos.
A continuación preparamos una bechamel espesita para mezclarla con las setas que tenemos reservadas.
Una vez elaborada la bechamel, mezclamos la cantidad necesaria con las setas y reservamos para rellenar los pimientos. Mejor añadirla poco a poco que sobrepasar la cantidad, si no se nos saldría demasiado de los pimientos y eso lo queremos evitar. La cantidad justa para que queden jugositos.
Ahora vamos a preparar la salsa con la que los acompañaremos.
Lavamos y cortamos los champiñones en láminas. Ahora calentamos aceite en una sartén y los rehogamos unos minutos hasta que estén listos. A continuación añadimos una cucharada sopera de harina y removemos hasta que la harina quede completamente integrada. Echamos ahora un chorrito de vino blanco, removemos y añadimos también la nata de soja y el agua ( u opcionalmente bebida de soja).
Removemos hasta que nos quede una salsa con cuerpo, añadimos la sal y lista.
La pasamos por la batidora eléctrica y reservamos.
Encendemos el horno por arriba y por abajo a unos 180-200º.
Ahora que el relleno ya estará frío, empezaremos a rellenar los pimientos. Cogemos una cuchara de postre y los rellenamos hasta que estén bien gorditos. Los vamos poniendo en una fuente refractaria y cuando los tengamos todos los metemos en el horno unos 15 minutos.
Una vez sacados del horno, los ponemos en el plato que los vayamos a servir, les añadimos nuestra salsa deliciosa de champiñones y tod@s a la mesa a disfrutar.
Receta sana, sencilla y que sorprenderá a todos los comensales.
Buen provecho ¡!!!
Ingredientes
Pasos
Lo primero que haremos es asar los pimientos. Para ir más rápidos y asegurarnos que quedan bien enteritos los asaremos con el soplete. Es tan sencillo como darles con la llama hasta que queden completamente negros. Comprobaréis que están cuando la piel se desprenda prácticamente sola, si no sale bien hay que continuar con el procedimiento.
Depende del soplete pero para que os hagáis una idea os costará unos 3-4 minutos por pimiento.
Una vez listos y pelados los reservamos. Si los hemos comprado enlatados pues este proceso nos lo ahorramos, pero os adelanto que vale mucho la pena asarlos en casa.
Ahora calentamos aceite en una sartén y vamos pochando la cebolla. Mientras se hace, cortamos la mezcla de setas muy pequeñitas y cuando las tengamos se las añadimos a la cebolla y cocinamos junto unos minutos más. Salpimentamos y reservamos.
A continuación preparamos una bechamel espesita para mezclarla con las setas que tenemos reservadas.
Una vez elaborada la bechamel, mezclamos la cantidad necesaria con las setas y reservamos para rellenar los pimientos. Mejor añadirla poco a poco que sobrepasar la cantidad, si no se nos saldría demasiado de los pimientos y eso lo queremos evitar. La cantidad justa para que queden jugositos.
Ahora vamos a preparar la salsa con la que los acompañaremos.
Lavamos y cortamos los champiñones en láminas. Ahora calentamos aceite en una sartén y los rehogamos unos minutos hasta que estén listos. A continuación añadimos una cucharada sopera de harina y removemos hasta que la harina quede completamente integrada. Echamos ahora un chorrito de vino blanco, removemos y añadimos también la nata de soja y el agua ( u opcionalmente bebida de soja).
Removemos hasta que nos quede una salsa con cuerpo, añadimos la sal y lista.
La pasamos por la batidora eléctrica y reservamos.
Encendemos el horno por arriba y por abajo a unos 180-200º.
Ahora que el relleno ya estará frío, empezaremos a rellenar los pimientos. Cogemos una cuchara de postre y los rellenamos hasta que estén bien gorditos. Los vamos poniendo en una fuente refractaria y cuando los tengamos todos los metemos en el horno unos 15 minutos.
Una vez sacados del horno, los ponemos en el plato que los vayamos a servir, les añadimos nuestra salsa deliciosa de champiñones y tod@s a la mesa a disfrutar.
Receta sana, sencilla y que sorprenderá a todos los comensales.
Buen provecho ¡!!!