El pan naan es un tipo de pan de consumo corriente en regiones de Asia central y Asia del sur. Incorpora en su masa yogurt y leche lo que le proporciona una jugosidad estupenda. Es perfecto para acompañar las comidas y aperitivos, tanto que lo haréis para cualquier tipo de comida occidental y si no, ya lo veréis. Seguidme.
Para su elaboración necesitamos tamizar primero la harina con la sal y hacer un volcán, (aunque tengo que admitir que casi nunca lo hago y acabo mezclando los ingredientes en un bol en lugar de en el banco de la cocina). Diluir la levadura en la bebida de soja tibia y añadirla junto al yogur a la harina.
Amasar bien hasta que quede una masa elástica no pegajosa y dejarla reposar hasta que doble su tamaño, un mínimo de una hora, hora y media, cubierta con un paño.
Pasado este tiempo, volver a amasar y hacer porciones de unos 70 gr. Darles forma un poco ovalada pero chata, recordad que son panes planitos, y dejar reposar 15 minutos más.
Pasado este tiempo, pintarlos con margarina y hornear unos 15 minutos a 210 º.
Es mejor comerlos calentitos, así que los podéis servir en la panera cubiertos con una bonita servilleta de tela.
Si no los vais a consumir todos, los podéis congelar y darles un toque de calor el día que los volváis a sacar a la mesa, aunque francamente, no creo que os sobre ninguno.
A disfrutar ¡
Ingredientes
Pasos
Para su elaboración necesitamos tamizar primero la harina con la sal y hacer un volcán, (aunque tengo que admitir que casi nunca lo hago y acabo mezclando los ingredientes en un bol en lugar de en el banco de la cocina). Diluir la levadura en la bebida de soja tibia y añadirla junto al yogur a la harina.
Amasar bien hasta que quede una masa elástica no pegajosa y dejarla reposar hasta que doble su tamaño, un mínimo de una hora, hora y media, cubierta con un paño.
Pasado este tiempo, volver a amasar y hacer porciones de unos 70 gr. Darles forma un poco ovalada pero chata, recordad que son panes planitos, y dejar reposar 15 minutos más.
Pasado este tiempo, pintarlos con margarina y hornear unos 15 minutos a 210 º.
Es mejor comerlos calentitos, así que los podéis servir en la panera cubiertos con una bonita servilleta de tela.
Si no los vais a consumir todos, los podéis congelar y darles un toque de calor el día que los volváis a sacar a la mesa, aunque francamente, no creo que os sobre ninguno.
A disfrutar ¡