Hoy os traigo una receta sencilla, apta para perezos@s porque se prepara en un ratito, rica y sana a tope! A mí me gustan todas pero la hamburguesa de remolacha es una de mis favoritas. En casa, nos encanta la remolacha, aparte de ser una gran fuente de hierro, te alegra la vista con ese color fantástico que tiene y te ofrece la posibilidad de emplearla tanto elaboraciones dulces como saladas. Esta receta no da apenas trabajo pero juego con estas cantidades porque me gusta hacerlas y congelarlas por si un día me veo apurada poder recurrir a ellas, pero podéis hacer la mitad si os va mejor. Vamos a ello?
De otras recetas sabréis que prefiero hacer las remolachas al vapor en vez de cocerlas ya que no se pierden tantos nutrientes en el proceso y que las dejo al dente.
Entonces empezamos justo con ellas, las lavamos bien y con la misma piel las troceamos si son muy grandes y las cocinamos al vapor hasta que estén listas. Las pincharemos con un palito para comprobarlo.
Mientras se hacen podemos ir enjuagando los garbanzos, cortando la cebolla y lavando y picando el perejil.
Una vez cocida la remolacha, la dejamos enfriar y cuando esté a temperatura que la podamos manipular sin quemarnos, le retiramos la piel, la ponemos en un bol junto con los garbanzos y la cebolla y la trituramos bien con la batidora de mano. Cuando hayamos conseguido una masita homogénea le añadimos el ajo picado, la avena, la sal, el perejil y el pan rallado y mezclamos bien todos los ingredientes.
Lo cubrimos con papel film y lo dejamos reposar en la nevera unas 2 horas para que se integren los sabores y poder formar las hamburguesas de remolacha más fácilmente después.
Transcurrido este tiempo, enharinamos un poco una superficie y formamos las hamburguesas.
Hay un utensilio muy práctico para formarlas y que queden todas iguales, lo encontraréis en cualquier tienda de menaje de cocina e incluso en grandes superficies, pero las podéis hacer a mano y quedan perfectas también.
Una vez formadas, sólo queda freírlas.
Si usáis una buena sartén antiadherente, apenas necesitan aceite, no se pegan en absoluto.
Así que calentamos un pelín de aceite y las hacemos por ambos lados hasta que queden tostaditas y voilà!!!
Nuestra hamburguesa de remolacha súper sana queda lista para disfrutarla!
Espero que os guste tanto como a nosotros-)
Ingredientes
Pasos
De otras recetas sabréis que prefiero hacer las remolachas al vapor en vez de cocerlas ya que no se pierden tantos nutrientes en el proceso y que las dejo al dente.
Entonces empezamos justo con ellas, las lavamos bien y con la misma piel las troceamos si son muy grandes y las cocinamos al vapor hasta que estén listas. Las pincharemos con un palito para comprobarlo.
Mientras se hacen podemos ir enjuagando los garbanzos, cortando la cebolla y lavando y picando el perejil.
Una vez cocida la remolacha, la dejamos enfriar y cuando esté a temperatura que la podamos manipular sin quemarnos, le retiramos la piel, la ponemos en un bol junto con los garbanzos y la cebolla y la trituramos bien con la batidora de mano. Cuando hayamos conseguido una masita homogénea le añadimos el ajo picado, la avena, la sal, el perejil y el pan rallado y mezclamos bien todos los ingredientes.
Lo cubrimos con papel film y lo dejamos reposar en la nevera unas 2 horas para que se integren los sabores y poder formar las hamburguesas de remolacha más fácilmente después.
Transcurrido este tiempo, enharinamos un poco una superficie y formamos las hamburguesas.
Hay un utensilio muy práctico para formarlas y que queden todas iguales, lo encontraréis en cualquier tienda de menaje de cocina e incluso en grandes superficies, pero las podéis hacer a mano y quedan perfectas también.
Una vez formadas, sólo queda freírlas.
Si usáis una buena sartén antiadherente, apenas necesitan aceite, no se pegan en absoluto.
Así que calentamos un pelín de aceite y las hacemos por ambos lados hasta que queden tostaditas y voilà!!!
Nuestra hamburguesa de remolacha súper sana queda lista para disfrutarla!
Espero que os guste tanto como a nosotros-)