Con las altas temperaturas aumentan nuestras ganas de comer platos fresquitos, y este es uno de ellos. Es una ensaladilla a la que le añadimos unas judías verdes que están espléndidas en esta época del año, y unas nueces que le dan un toque crujiente y gracioso que estoy segura que os va a encantar. Es una receta de elaboración muy sencilla, lo único que tenemos que tener en cuenta es que hay que hervir la verdura y esperar a que enfríe, así que mejor ir trasteando por ahí mientras transcurre este tiempo. Pero vale la pena hacerla. No nos cuesta ningún esfuerzo y seguro que no tiene nada que ver con las que venden envasadas, que os confieso que nunca he probado ni creo que lo haga, pero que me puedo imaginar que no tienen ni comparación. Pues vamos con ella que no hay tiempo que perder, que nos espera la playa, la pisci, el paseo, el helado o el trabajo!
Lo que más va a tardar en enfriarse son las patatas, así que empezaremos por ellas. Las lavamos y las cocemos con su piel en agua y sal.
A continuación pelamos y lavamos las zanahorias y las metemos junto con las patatas, con la precaución de ir pinchándolas con un palito para comprobar cuando están ya que se harán mucho antes que las patatas.
Ahora lavamos las judías, le cortamos los extremos y las cortamos en juliana no muy finita. Las hervimos al vapor aproximadamente durante 15 minutos. Tendremos que ir probándolas, pero deben quedar al dente.
Una vez listas, las enfriamos con agua para frenar su cocción y dejamos que escurran toda el agua.
Dejamos enfriar las patatas y las zanahorias y mientras podemos ir cortando en rodajitas las aceitunas y pelando y picando las nueces. Cuando hayan perdido algo el calor, las podemos meter en la nevera para acelerar el proceso.
Cuando las verduras estén frías, cortamos la zanahoria a rodajitas de unos 3-4 mm y las patatas en daditos medianos. Las colocamos en un bol y añadimos las judías, las aceitunas, las nueces, sal si fuera necesario y la mayonesa vegana.
Mezclamos bien pero con cuidado para no romper las zanahorias y lo metemos en la nevera mínimo una hora que esté bien fresquita a la hora de servir.
Habéis visto qué sencillez! No tiene ningún misterio, sin embargo es diferente y con bastante más fibra que si prescindimos de la judía.
Cuando esté fresquita, a la mesa!
Buen provecho!
Ingredientes
Pasos
Lo que más va a tardar en enfriarse son las patatas, así que empezaremos por ellas. Las lavamos y las cocemos con su piel en agua y sal.
A continuación pelamos y lavamos las zanahorias y las metemos junto con las patatas, con la precaución de ir pinchándolas con un palito para comprobar cuando están ya que se harán mucho antes que las patatas.
Ahora lavamos las judías, le cortamos los extremos y las cortamos en juliana no muy finita. Las hervimos al vapor aproximadamente durante 15 minutos. Tendremos que ir probándolas, pero deben quedar al dente.
Una vez listas, las enfriamos con agua para frenar su cocción y dejamos que escurran toda el agua.
Dejamos enfriar las patatas y las zanahorias y mientras podemos ir cortando en rodajitas las aceitunas y pelando y picando las nueces. Cuando hayan perdido algo el calor, las podemos meter en la nevera para acelerar el proceso.
Cuando las verduras estén frías, cortamos la zanahoria a rodajitas de unos 3-4 mm y las patatas en daditos medianos. Las colocamos en un bol y añadimos las judías, las aceitunas, las nueces, sal si fuera necesario y la mayonesa vegana.
Mezclamos bien pero con cuidado para no romper las zanahorias y lo metemos en la nevera mínimo una hora que esté bien fresquita a la hora de servir.
Habéis visto qué sencillez! No tiene ningún misterio, sin embargo es diferente y con bastante más fibra que si prescindimos de la judía.
Cuando esté fresquita, a la mesa!
Buen provecho!