Albóndigas: la opción más camuflada y divertida para que los peques y los no tan peques coman cereales y verduras sin darse cuenta!
Esta vez las hemos hecho de quínoa y zanahoria para cambiar un poco y ha sido una fiesta de luz y color. Quedan suaves y jugosas, ligeras pero nutritivas; vamos que hoy no nos pilla el día desprevenid@s!
Y sí, lo hemos vuelto a hacer! Nos las hemos comido con salsa de espinacas, no tenemos remedio, pero quedan igual de ricas con salsa de almendras por ejemplo, eso lo dejamos a vuestra elección.
Comprobamos los sencillos pasos?
Lo primero por lo que empezaremos para preparar las albóndigas de quínoa y zanahoria será por pelar y lavar las zanahorias y hervirlas al vapor.
Mientras se van haciendo, lavamos bien la quínoa y la cocemos a fuego medio tapada siguiendo las instrucciones del fabricante, aunque suele ser el doble de líquido que de cereal y aproximadamente unos 20 minutos.
Dejamos que ambas se enfríen un poco.
Metemos las almendras en un molinillo y las molemos. Reservamos.
Ahora picamos las zanahorias con un tenedor o pisapurés y las ponemos en un bol.
Añadimos la quínoa, la sal, la pimienta recién molida, las almendras recién molidas, los 2 dientes de ajo picados y el cebollino picado también.
Removemos todo bien para que se integren todos los ingredientes y lo reservamos en la nevera mientras preparamos la salsa.
Empezaremos picando la cebolla y lavando y cortando las espinacas.
Cuando tengamos preparados ambos ingredientes, calentamos aceite en una sartén o cacerola e introducimos la cebolla para pocharla.
Cuando esté lista, añadimos las espinacas y la sal. Cuando las espinacas hayan reducido su tamaño, añadimos la cucharada de harina y removemos bien para que se pueda tostar.
Ahora añadimos el vino y el agua y removemos.
La cantidad de agua se puede modificar según preferencias. Si os gusta más líquida añadís un pelín más.
Ya está lista para pasarla por la batidora. Una vez hecho este paso la probamos por si la tuviéramos que corregir de sal. La reservamos.
A continuación, sacamos nuestra masita de la nevera y empezamos a formar bolitas más o menos del tamaño de pelotitas de golf.
Vamos formando las albóndigas, las pasamos por harina y las vamos dejando en un plato.
Una vez formadas todas sólo nos quedará freírlas en abundante aceite bien caliente. Conforme vayan saliendo de la sartén, las iremos dejando sobre papel de cocina para que eliminen el exceso de grasa que pudieran tener.
Y ya las tenemos. Sólo nos queda servirlas con la cantidad que nos guste de salsa y listas para disfrutar!
Buen provecho chefs!!!
Ingredientes
Pasos
Lo primero por lo que empezaremos para preparar las albóndigas de quínoa y zanahoria será por pelar y lavar las zanahorias y hervirlas al vapor.
Mientras se van haciendo, lavamos bien la quínoa y la cocemos a fuego medio tapada siguiendo las instrucciones del fabricante, aunque suele ser el doble de líquido que de cereal y aproximadamente unos 20 minutos.
Dejamos que ambas se enfríen un poco.
Metemos las almendras en un molinillo y las molemos. Reservamos.
Ahora picamos las zanahorias con un tenedor o pisapurés y las ponemos en un bol.
Añadimos la quínoa, la sal, la pimienta recién molida, las almendras recién molidas, los 2 dientes de ajo picados y el cebollino picado también.
Removemos todo bien para que se integren todos los ingredientes y lo reservamos en la nevera mientras preparamos la salsa.
Empezaremos picando la cebolla y lavando y cortando las espinacas.
Cuando tengamos preparados ambos ingredientes, calentamos aceite en una sartén o cacerola e introducimos la cebolla para pocharla.
Cuando esté lista, añadimos las espinacas y la sal. Cuando las espinacas hayan reducido su tamaño, añadimos la cucharada de harina y removemos bien para que se pueda tostar.
Ahora añadimos el vino y el agua y removemos.
La cantidad de agua se puede modificar según preferencias. Si os gusta más líquida añadís un pelín más.
Ya está lista para pasarla por la batidora. Una vez hecho este paso la probamos por si la tuviéramos que corregir de sal. La reservamos.
A continuación, sacamos nuestra masita de la nevera y empezamos a formar bolitas más o menos del tamaño de pelotitas de golf.
Vamos formando las albóndigas, las pasamos por harina y las vamos dejando en un plato.
Una vez formadas todas sólo nos quedará freírlas en abundante aceite bien caliente. Conforme vayan saliendo de la sartén, las iremos dejando sobre papel de cocina para que eliminen el exceso de grasa que pudieran tener.
Y ya las tenemos. Sólo nos queda servirlas con la cantidad que nos guste de salsa y listas para disfrutar!
Buen provecho chefs!!!
Ummmmm, alBÉndigas!!!!
Gracias por la BÉgana recetq su.
¡Salud!